El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

domingo, 30 de agosto de 2015

Villarrobledo y San Clemente: el enfrentamiento de 1611

Villarrobledo, antigua aldea de la tierra de Alcaraz, acabó formando  parte del Marquesado de Villena. Cuando la gobernación de lo reducido del Marquesado de Villena se divide en dos corregimientos, Villarrobledo entrará a formar parte del llamado partido de arriba o de las 17 villas. La razón la desconocemos, pero sabemos que San Clemente ese año de 1586 mandó procuradores a las villas, entre ellos Francisco Pacheco a la de Villarrobledo, en respuesta a los procuradores que Chinchilla y Albacete habían mandado con anterioridad, para garantizarse la fidelidad de las villas ante la nueva creación de los dos corregimientos.
Ambas villas, pertenecientes a obispados distintos y a tierras diferentes (Villarrobledo al obispado de Toledo y a la tierra de Alcaraz y San Clemente al obispado de Cuenca y la tierra de Alarcón), habían fijado sus términos por sentencia de 1318 y no tuvieron problemas de comunidad de pastos, aprovechamiento intercomunal de tierras o conflictos de jurisdicción como los que tuvo San Clemente con otros lugares de la tierra de Alarcón o Villarrobledo con Alcaraz, consecuencia de la pertenencia a una misma tierra.
El establecimiento de un corregidor supuso heredar las funciones del gobernador, pero la reducción del territorio conllevó un mayor control de la acción política, que debió chocar con las aspiraciones de los poderes locales por el control municipal. Para el caso de Villarrobledo, correspondía al corregidor de San Clemente la elección de los alcaldes ordinarios entre los regidores, el sometimiento de los oficios concejiles a la residencia del corregidor cada tres años y la facultad de entender en primera instancia en diversos asuntos, entre los que no faltó el control del precio del trigo y de las medidas usadas para su venta. Tal ocurrió el año  1606, cuando el corregidor envió al alguacil mayor del partido, Pedro López, a hacer los apremios y prisiones de aquellos vecinos que estaban vendiendo la fanega del trigo a más de 40 reales.
No es extraño que Villarrobledo, para librarse de la actitud intervencionista del corregidor en la vida municipal, comprara la exención de dicho corregimiento por 20000 ducados, logrando la confirmación de sus privilegios y de la primera instancia en carta de 15 de diciembre de 1610.
Esta primera segregación del corregimiento, entiéndase la autonomía judicial que se logró de la primera instancia, contó tanto con la oposición del corregidor como de la villa de San Clemente. El corregidor mandó a Villarrobledo al alcalde mayor del partido, Diego Vázquez, acompañado de los tres alguaciles que tenía el partido para impedir que Matías Cruzado, alcalde mayor del partido de Chinchilla y comisionado por el Consejo Real, hiciese efectivo el cumplimiento del privilegio de primera instancia concedido un mes antes a Villarrobledo. La respuesta  de la justicia ordinaria de Villarrobledo fue enérgica. El apresamiento del alcalde mayor y alguaciles enviados por el corregidor. Se tuvo que emitir por el Consejo Real una provisión real, requiriendo a la justicia de Villarrobledo para que soltara a los presos, ante lo cual dicha justicia y el alcalde mayor de Chinchilla prefirieran encerrarse en la casa del vecino Diego Muñoz de la Calera y evitar con ello que se les requiriera con dicha real provisión y tenerla que obedecer y cumplir, aconsejando de voz de uno de los encerrados, el capitán Francisco Montoya, al escribano que trataba de notificar la real provisión: que se fuese con Dios, que sería mejor para él.
Pero no sólo el corregidor se opuso a dicha exención del corregimiento, el propio concejo de San Clemente se personó contra la villa de Villarrobledo ante el Consejo Real. En dicho pleito, hoy desaparecido, y del que sólo tenemos noticias  a través de la correspondencia del solicitador de pleitos de la villa de San Clemente, Francisco Rodríguez de Tudela, había algo más que una motivación sobre el orgullo de la preeminencia de una villa sobre otra, pues parece que San Clemente, a través del corregidor, había conseguido una intervención judicial para garantizar la compra de trigo a unos precios tasados y sin engaño en las medidas. Trigo muy necesario a una villa como San Clemente que basaba su producción agraria en el cultivo de viñas.
El pleito por la primera instancia pronto se amplió a un viejo tema, el de los pesos y medidas, que ya había surgido en 1580, al tener la tierra de Alcaraz, de la que formaba parte Villarrobledo, medidas diferentes al resto del Marquesado de Villena. Los sanclementinos se quejarán de que la villa de Villarrobledo tiene e usa e a usado de una media fanega con que se mide el trigo que es pequeña e falta e no corresponde con el patrón de Abila... porque se a visto y averiguado e liquidado que en treinta fanegas falta una, de lo que es notable daño a todo el Reino por ser la dicha villa donde su trato es la venta de trigo e particularmente a esta villa le resulta e a resultado notable daño, porque como circunvecina a acudido y les fuerza acudir a la dicha villa a lo comprar.

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