El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

domingo, 23 de agosto de 2015

San Clemente y la ganadería a fines del quinientos. Un apunte

Por el mes de noviembre de 1590, Luis López, pastor al servicio de Pedro Castañeda y Haro, se dirigía con un rebaño de 140 ovejas hacia los pastos de Chinchilla, donde estaba invernando y herbajando el resto del ganado de su amo. Al pasar por la villa de Albacete, el escribano y recaudador de los puertos secos Pedro de Vargas le exigió el registro del hato de ovejas para el pago del derecho de puertos secos, pues Albacete era la primera población que se encontraba en las doce leguas de la raya de los Reinos de Aragón y Valencia y por tanto se debían pagar los correspondientes derechos de aduanas.
La negativa al registro de ganados se fundaba en una costumbre que obligaba a registrar a los ganados una vez llegados a Chinchilla para herbajar, donde se pagaba el servicio y montazgo, pero no en Albacete. Alegaba el pastor que ese era el uso inmemorial de todos los vecinos de la villa de San Clemente, Belmonte, Santa María del Campo, El Cañabate, Honrubia, Villarejo de Fuentes y, se añadía, de toda la tierra de Huete.
Tanto Pedro Castañeda como su pastor presentaron 16 testigos ante el alcalde mayor, algunos simples pastores, pero otros hombres de notoria importancia en la villade San Clemente, o en vías de serlo, como Francisco de los Herreros, de 35 años, Alonso de Valenzuela, de 15 años, o Cristóbal Gardía de Monteagudo, de 30 años. De edades similares era el resto de testigos. Recalcamos la edad, pues al ser los testigos menores de 40 años, el Consejo Real en el conocimiento del pleito en grado de apelación, consideraría que dada la corta edad de los testigos no se probaba el pretendido uso inmemorial.
Pero los pleiteantes habían presentado seis testigos que sí pasaban de los 40 años. Fernando del Castillo, Pedro de Molina, Francisco Martínez, Tomás Cortés,otro Francisco de los Herreros y el licenciado Ávalos, que ratificaron que nunca se había castigado a nadie por no registrar sus ganados en Albacete.
El juez licenciado Santillana decidió no dar validez a estos testigos por haber otros en Albacete presentados por el recaudador, que decían lo contrario. Tampoco se tuvo en cuenta el hecho de que el ganado no hubiera pasado al reino de Aragón, pues el delito era la negativa a la obligación del registro. De poco valió pues la sentencia favorable en un primer momento del licenciado Carvajal, alcalde mayor de San Clemente.
El pleito nos muestra la costumbre de los ganados de San Clemente que herbajaban en invierno en Chinchilla, pero también en otras ciudades como Alcaraz o los pastos del valle del Ricote en Murcia. Con la ruptura en dos de la gobernación de lo reducido del Marquesado de Villena, San Clemente empezó a perder el paraguas legal del apoyo de la justicia del Marquesado, comenzándose a romper los circuitos de trashumancia local, justo en un momento que la ganadería había alcanzado su apogeo. De hecho, en 1582 empezó a limitarse el cultivo de viñas por restar tierras de labranza pero también pastos a los ganados. La emancipación de otras villas del antiguo suelo de Alarcón con la consecución de privilegios de primera instancia, proceso que se acelerará en los inicios del sigloXVII, supondrá una restricción al acceso a los pastos antaño comunes. Así una de las fuentes económicas de San Clemente en el quinientos (la otra era el cultivo de viñedos), entrará en decadencia sustituida por una ganadería estante que aprovechará las rastrojeras de verano. El proceso irá acompañado por una disminución de los cultivos de viñas en beneficio de los cereales.
(BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA/PORCONES,Caja 506 V03/29. Información en derecho del pleito de Pedro de Vargas, recaudador de puertos secos, contra Luis López y su amo Pedro de Castañeda)

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