El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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sábado, 28 de mayo de 2016

La Tercera Guerra Carlista: el combate de Minglanilla (1874)

Aunque la Tercera Guerra Carlista en la ciudad de Cuenca, y en la misma provincia,  ha sido estudiada ampliamente*, aportamos aquí la descripción del combate de Minglanilla por el general carlista Manuel Salvador y Palacios, Jefe del Ejército del Centro, en una carta mandada el 17 de marzo de 1874 al Infante Carlos Alfonso de Borbón y narrando los hechos militares acaecidos unos días antes. La misiva tiene no poco de justificación de la actuación militar de Manuel Salvador y Palacios, responsabilizando a su subordinado Cid.

(Imagen: sentado, el pretendiente Carlos VII)






Serenísimo Señor

Con motivo de la toma de la importante villa de Vinaroz y de la inexpugnable Amposta, el enemigo fuerte de ocho a nueve mil hombres, con diez y seis piezas de artillería y trescientos caballos divididos en dos columnas principió su movimiento de avance, la una en dirección de Vinaroz y la otra de San Mateo para introducirse en el corazón del Maestrazgo, la una apoyada por el mar, marchando paralelos tres vapores y la otra por el único llano que tiene el Maestrazgo, viéndome en la imposibilidad de atacarlas por la situación topográfica que ocupaban, dispuse que los batallones 3º y 4º  del Maestrazgo a marchas forzadas se dirigieron a la rivera de Valencia con el objeto de llamar la atención del enemigo y proporcionarse recursos de armas, caballos y dinero y con la brigada de Cucala seguir el mismo movimiento, tan luego como el enemigo tuvo conocimiento de mi marcha, retrocedió rápidamente para proteger a Valencia y ver si podía evitar que los batallones 3º y 4º recorriesen la rivera.

Sabedor de que se encontraban los referidos batallones en terreno donde no podían ser alcanzados, me dirigí con la brigada Cucala a Chelva, donde supe que la columna del rebelde Calleja, fuerte de cuatro mil hombres y cuatro piezas de artillería y doscientos caballos se encontraba en el pueblo de Landete provincia de Cuenca y puesto en combinación con el 2º Comandante General de Valencia, coronel Santes, dispuse marchase a Utiel, donde recibiría mis órdenes, yo me dirigí  con la brigada Cucala hacia la parte en que se encontraba el enemigo que ya había salido de Landete por Mira, Camporrobles y Villalgordo se dirigían a Minglanilla, siguiéndola en su marcha hasta colocarme en el expresado pueblo de Villalgordo, junto el más avanzado de su dirección en la noche del ocho y hora de las ocho mandé uno de mis ayudantes con ocho caballos al pueblo de Utiel donde se hallaba el 2º Comandante General de Valencia con su división para que al amanecer se me incorporase y reunidas las fuerzas mande la Brigada de Cucala con mi Jefe de Estado Mayor Coronel Belda, que pasare el Cabriel por el puente de Pajazo para que pudiera atacarla por la retaguardia, al primer Batallón de Cazadores del Cid que lo verificase por la izquierda por el puente de Vadocañas y ya por la carretera a pasarla por el de Contreras con cuatro batallones y la caballería llevando de vanguardia una sección de tiradores escolta del 2º Comandante General.

Serían las nueve de la mañana, cuando ya había pasado el puente de Contreras cuya subida por las zis-zas que forma la carretera es una verdadera fortaleza; tuve aviso por la descubierta de caballería que el enemigo avanzaba a la carrera y no pudiendo tomar la altura retrocedí a colocarme en las posiciones de los dos lados del puente para no dejarme el Cabriel a la espalda, en esta situación se rompió el fuego, que duró cinco horas, sin que el enemigo pudiera avanzar un solo paso de sus posiciones.

En este estado la Brigada Cucala, con mi Jefe de Estado Mayor que había emprendido su marcha a las cinco de la mañana, pasando el puente de Pajazo y el puerto de Salinas, consiguió colocarse a retaguardia del enemigo después de unas seis horas de marcha forzada. En el alto del puerto se detuvo esta brigada, esperando a que yo con la división Santes apareciese en lo alto de la carretera que donde el puente de Contreras conduce a la Minglanilla, pero no habiendo oído el fuego que yo había roto hacía algún tiempo emprendió la marcha a la carrera, pasando por la Pesquera y cayendo de improviso sobre Minglanilla lograron después de un ligero tiroteo apoderarse de la población y de cuarenta y siete soldados de la Lealtad y Cazadores de Mérida, que con un teniente se había dejado el enemigo, sin duda para custodiar los efectos que allá había dejado, con los prisioneros logró apoderarse de nueve caballos, cincuenta fusiles Remington con sus correspondientes municiones, dos sables, varias lanzas y más de doscientos morrales que allí había, y a seguida salió por la carretera al expresado puente de Contreras, en donde suponía había roto yo el fuego; más al poco tiempo de su salida divisaron al enemigo que tomaba posiciones a derecha y a izquierda de la carretera en la alturas de las Cabrillas. La Brigada Cucala en vistas de esto, formó sus batallones en masa desplegando algunas compañías en guerrilla, emprendiendo desde luego el ataque, quedando de esta manera el enemigo cortado, pero a consecuencia de haber sido ocupadas por él formidables posiciones, le fue imposible arrollarlo, debiendo su salvación no al número y artillería que tenía, sino a haber agotado las municiones después de tres horas de fuego, comprendiendo entonces aquella Brigada, que algo había que impedía la llegada de las fuerzas de la División Santes y herido Cucala en un brazo, emprendió la retirada en el mayor orden, recogiendo todos sus heridos.

De haber cumplido con mis instrucciones su deber el primer Batallón Cazadores del Cid, es indudable que la columna hubiera sido completamente derrotada, pero éste en vez de atacar la izquierda, volvió a repasar el Cabriel dejando abandonado su puesto sin disparar un tiro.

Nuestras pérdidas han consistido en diez y ocho muertos y cincuenta y un heridos, muchos de ellos leves; las del enemigo, han sido más considerables, pues a más de haber dejado en el campo gran número de efectos y nueve caballos según relación de la Cruz Roja ha tenido igual número de muertos y setenta y seis heridos conducidos a Albacete, más los cuarenta y siete prisioneros que antes se mencionan.

Lo que tengo el honor de poner en su conocimiento de V. A. en cumplimiento de mi deber.

Dios guarde la preciosa vida de S. A. R. Tales, 17 de marzo de 1874

Serenísimo Señor

Manuel S. Palacios

Serenísimo Señor Ynfante Don Alfonso de Borbón y Austria de Este, General en Jefe del Ejercito Real de Cataluña, Valencia y Murcia





Archivo Histórico Nacional,DIVERSOS-ARCHIVO_CARLISTA,115,Exp.3 - 516. Correspondencia de la Tercera Guerra Carlista. 1774


*ROMERO SAIZ, Miguel: El saco de Cuenca. Boinas rojas bajo Mangana. Diputación Provincial de Cuenca. 2011