El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)
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sábado, 8 de abril de 2023

Martín de Oñate

Martín de Oñate, litigante. Es hijo de Juan de Uribarri Balzategui, casado con María de Miñozategui, y el abuelo es Rodrigo de Balzategui, casado con Domenza, (Balzategui es casa solar en el barrio de Uribarri).

Balzategui es casa del barrio de Balzategui, perteneciente a la villa y condado de Oñate.

Martín de Oñate de Uribarri Balzategui había marchado para Castilla, no dice nada de su probable profesión de cantero o así lo afirma Rokiski. Para mediados de siglo está asentado con mujer e hijos en Canalejas del Arroyo.

No se ha encontrado relación con los Donate de Tarazona de la Mancha, pero no se excluye


Ejecutoria de hidalguía: 25 de agosto de 1567

ACHGR, HIDALGUÍAS, SIGN. ANT. 301-43-29

sábado, 2 de noviembre de 2019

Los Chaves de Santa María del Campo Rus



Martín de Chaves era hijo de García de Chaves y nieto de Martín Alonso de Villagarcía. El abuelo Martín Alonso casó con Elfa Martínez, del matrimonio nacería García Chaves. que, a su vez, casaría con Juana de Cieza. De este nuevo matrimonio nacería el litigante por su hidalguía, Martín de Chaves, casado con Elvira de Cañizares. En aquellos tiempos, el apellido no siempre era el eslabón común para la cadena sucesoria. Muestra de ello es que Martín Alonso había dejado tres hijos con apellidos diferentes: Pedro de Perillas, Hernando de Villagarcía y García de Chaves

Los testigos decían que los Chaves estaban exentos de pagar los doce mil maravedíes anuales del servicio a los señores de la villa de Santa María del Campo Rus, los Castillo Portocarrero. En la Santa María del Campo Rus de fines del siglo XV, y a decir del pechero Juan Santiago, el número de hidalgos no excedía en el pueblo de siete u ocho. Juan Santiago aún recordaba a los hidalgos llamados a la guerra por el rey Enrique IV con motivo de la toma de Mira (¿1473?) en el Marquesado de Moya: Hernando de Villagarcía y Diego de Rabanar.

Tras la muerte de don Bernardino Castillo Portocarrero, señor de la villa, las cosas parecieron cambiar en el pueblo, pues su sucesor, Antonio Castillo Portocarrero, prefería la residencia en Salamanca. La derrota pechera en las Comunidades parecía tener ahora su segunda oportunidad, esta vez contra los hidalgos de la villa; más teniendo en cuenta que alguno de ellos, como Martín, pasaba por una situación de pobreza. En un ayuntamiento de 1535, el concejo hizo pechar a los hidalgos; la reacción de Martín de Chaves fue airada
que avía estado en posesión de hijodalgo y hera echarlo a perder faserle gastar lo poco que tenía e vosotros gastar los propios del conçejo en balde y provará dentro de las çinco leguas cómo es ome hijodalgo e pagaréys las costas e asy por aquello como poque hera rrazón que diesen cuenta a don Antonio cuya hera la villa

Del abuelo Martín Alonso Villagarcía se sabe poco, más allá de su muerte violenta en Las Pedroñeras hacia 1470. Del nieto y litigante, que, hacia, 1535, rebasaba ampliamente la edad de los sesenta. Obtuvo sentencia favorable de hidalguía el uno de junio de 1537 y carta ejecutoria, el 10 de septiembre de 1537.

AChGr, HIDALGUÍAS. Sign. antigua: 301-12-28. Martín de Chaves. 1537




Juan Santiago, pechero, vecino de Santa María del Campo, de 80 años
María Gallego, pechero, ochenta años
Martín Alonso Gallego, pechero, 55 años
Juan Valera, pechero, 75 años
Pedro García Rabadán, pechero de 75 años
María García, mujer pechera, de 80 años
Diego Garrido

Canteros vascos en tierras de Cuenca


De Errezil, en la provincia de Guipúzcoa, un lugar repartido de caseríos, apartados los unos de los otros, por entonces, habían salido varios canteros vascos hacia tierras de Cuenca a comienzos del quinientos. Maestre Pedro de Hereceta era uno de ellos, natural de Errezil, reconocía haber trabajado en el condado de Buendía en el periodo que va de 1525 a 1535, aunque antes lo había hecho en el Marquesado de Villena. En esta última tierra había coincidido con otro cantero de su pueblo: Domingo de Arregil o Regil, apellido tomado de la vasquización del lugar de origen. Domingo de Arregil, había salido con quince años de su tierra para recalar primero en la ciudad de Cuenca y luego asentarse en Barchín del Hoyo, donde había casado con Juana Gómez hacia 1517. Domingo de Arregil había nacido hacia 1490 y muerto de mediana edad, poco después de 1530. Era hijo de Juan Martín de Tejería, con casa solar en Errezil, y de Marina de Zarma. 

De la actividad cantera de Domingo Arregil sabemos pocas cosas; una de ellas es que había formado compañía con otro cantero de su lugar de origen Pedro de Loyde. Juntos habían trabajado por el sur de Cuenca; a comienzos de la década de los treinta, poco después de la muerte de Domingo de Arregil, parece que la actividad de Pedro de Loyde, el citado maese Hereceta o el hijo de Domingo de Arregil, del mismo nombre, se había trasladado al condado de Buendía. Arregil y Loyde personificaban dos formas de vida; si Arregil había roto con su tierra de origen y se había asentado en Barchín, Loyde anduvo yendo y viniendo, durante treinta años, desde Guipúzcoa a tierras de Cuenca para ejercer su oficio de cantero en diversas obras. Un caso similar al de Pedro de Loyde, trabajando a temporadas en los pueblos del Marquesado de Villena era el de Martín de Iraola o el de Rafael de Regil, que alternaba las estancias como cantero en el convento de Uclés con otras de descanso en su tierra natal de Errezil.

Creemos que estos canteros vasco nacían con el don natural para el ejercicio del oficio, pero no es así. Domingo de Arregil, tras dejar la casa de su padre a comienzos del quinientos con quince años, había aprendido el oficio de cantería durante cinco años en Logroño y Navarra, para pasar con veinte años a tierras de Cuenca. Su llegada había acaecido hacia 1511, en compañía del mencionado Juan de Iraola, cantero paisano de Errezil.

La salida de los primeros canteros de Errezil había abierto el camino a sus habitantes hacia la provincia de Cuenca. Martín de Aguirre, de treinta y cinco años, andaba por el convento de Uclés a mediados de la década de los treinta; desde hacía una veintena de años andaba de pueblo en pueblo por las tierras conquenses del Marquesado de Villena ejerciendo de cantero. En Barchín del Hoyo había pasado medio año trabajando con Domingo de Arregil y coincidiendo con el momento de su matrimonio con Juana Gómez. Aunque para Martín de Aguirre, su paso por Barchín era una de tantos trabajos en su obrar itinerante, los viejos lazos del lugar de origen, movieron a llevarse consigo a Uclés al hijo mayor de Domingo Arregil, una vez muerto, para enseñarle el oficio de cantero; al parecer sirvió de intermediario para acoger el mancebo de manos de su madre, otro cantero pariente de la familia y llamado Rafael de Regil. Al igual que su padre y que Martín de Aguirre, Domingo Arregil, hijo, o Gómez (pues los hijos tomarían el oficio de la madre), se iniciaba con quince años como cantero; dos años despúes, ya ejercía de tal en Buendía.

Desconocemos qué edificio levantaban los vascos en Barchín, pero no cabe duda que allá por el año 1517 coincidieron varios de ellos durante unos meses. Los vascos formaban cuadrillas familiares o convecinos de un mismo lugar e itinerantes que trabajaban a iguala, a destajo diríamos hoy. Domingo de Arregil formaba compañía con Pedro de Loyde; Martín de Iraola formaba compañía propia con su hermano Juanes de Iraola, ambos había estado también en Barchín ese año de 1517 por espacio de cuatro meses, labrando la piedra y presentes en las bodas de su paisano Domingo Arregil.

Domingo de Arregil tomó residencia definitiva en Barchín del Hoyo, al parecer por un matrimonio forzado, tras el embarazo de Juana Gómez. Hizo valer su condición de hidalgo para no ser enrolado, cuando la villa tuvo que destinar doce o trece peones para la guerra de Navarra de 1521, aunque no lo consiguió y tuvo que marchar hacia la guerra en mayo de aquel año. Sí que aprovechó el guipuzcoano la aventura militar para recalar en su tierra y allí hacer cierta probanza de testigos que diera fe de su hidalguía.


La sentencia reconociendo la hidalguía a los hijos de Domingo Arregil: Domingo, Pedro y Juan Martín es de 17 de noviembre de 1535. La ejecutoria de hidalguía es de 17 de agosto de 1537.



Probanza de 1535

Maestre Pedro de Hereceta, vizcaíno, cantero, vecino de Errezil en la provincia de Guipúzcoa, 64 o 65 años
Pedro de Loyde, vecino de Errezil, hidalgo de 50 años
Martín de Iraola, vecino de Errezil, hidalgo de 46 años
Juanes de Iraola, vecino de Errezil, hidalgo de 52 años
Martín Jiménez, vecino de Barchín, pechero de 38 años
Juan Martínez, vecino de Barchín, pechero de 25 o 26 años
Rafael de Regil, vecino de Errezil, hidalgo de cuarenta años


AChGr. HIDALGUÍAS. Juana Gómez y sus hijos menores. 1537

viernes, 1 de noviembre de 2019

Los Villagarcía de Villalgordo del Marquesado



Martín Villagarcía era hijo de Ortega Villagarcía y nieto de Vasco Villagarcía. Padre y abuelo eran naturales de Villalgordo del Marquesado. Un hidalgo del Castillo de Garcimuñoz, Ortega del Castillo, conoció a abuelo y padre en el lugar de Villalgordo del Marquesado hacia 1470, cuando iba a visitar allí a su hermana Catalina del Castillo, casada con Diego Pinar. Martín García se había establecido en Santa María del Campo, quizás poco después de las Comunidades, al casar en esta villa

El padre Ortega Villagarcía, fallecido entre 1505 y 1510, estaba casado con Violante González; del matrimonio habían nacido tres o cuatro hijos. El abuelo Vasco lo había hecho con María Alonso hacia finales de la década de 1460. Vasco de Villagarcía tenía fama de hijodalgo notorio, de los más antiguos hidalgos que había en Villalgordo y en toda la comarca

Alonso de Araque, natural de Villalgordo del Marquesado, había conocido también a los Villagarcía en ese lugar; al fin y al cabo, no tenía por qué dudar de su hidalguía, pues Villalgordo era pueblo de veinte a veinticinco vecinos en el último cuarto del siglo XV, donde todos se conocían. Esa cantidad de vecinos la aseveraba, además de Alonso de Araque, Rodrigo de Luz, ambos eran hidalgos, y daban un total de cuarenta vecinos para el dicho lugar hacia 1535. Los hombres de condición hidalga tenían una presencia notoria; a los mencionados añadir otros como Juan de Luz o a Juan de Resa.

La sentencia de hidalguía a favor de Martín de Villagarcía es de 23 de abril de 1537 y la carta ejecutoria de 10 de septiembre de 1537.



Probanza de testigos, hacia el año 1536

Ortega del Castillo, hijodalgo de Castillo de Garcimuñoz, más de 80 años
Alonso de Araque, hijodalgo de Castillo de Garcimuñoz, , más de 70 años, natural de Villalgordo
Rodrigo de Luz, vecino de Villagordo del Marquesado, hijodalgo, 83 años. Alcalde ordinario y regidor de Villalgordo
Juan de Resa, hijodalgo de 80 años, vecino de Villagordo del Marquesado (hijo de Juan de Resa, vecino de Alconchel)
Fernando de Araque, hijodalgo y vecino de Villalgordo del Marquesado, 73 años
Juan de Luz, hijodalgo y vecino de Villalgordo del Marquesado, 74 años
Juan de Cuenca, pechero, vecino del lugar de Pinarejo, jurisdicción del Castillo de Garcimuñoz, 65 años, natural de Villalgordo

AChGr. HIDALGUÍAS. Sig. ant. 301-12-19, Martin de Villagarcía, vecino de Santa María del Campo. 1537

Juan Cano, hidalgo de Santa María del Campo Rus





Juan Cano era vecino de Santa María del Campo Rus, hijo de Juan Cano,del mismo lugar, y nieto de Pedro Cano, vecino de Castillo de Garcimuñoz.

Pedro Cano había casado en el Castillo de Garcimuñoz con María Fernández; del matrimonio había nacido Juan Cano, que había casada con Catalina Buedo, hija de Martín de Buedo, de familia hidalga. Juan Cano, padre, había fallecido hacia 1515, después de algo menos de cuarenta años de residencia en Santa María del Campo, aunque lo más seguro es que mudaran allí su residencia tras la destrucción de La Alberca en la guerra del Marquesado, donde con seguridad se habían casado y vivido alrededor de diez años. Ambas villas distaban una legua apenas entre sí. Juan Cano el viejo había sido alcalde de Santa María del Campo por los hidalgos y alcalde de la hermandad por este estado.

Catalina de Buedo es descrita con estas palabras
era fijodalgo e una de las buenas e honrradas mugeres que avía en todo el marquesado de Villena

Esta indiscutida hidalguía de los Buedo no lo era tanto de los Cano, pues cierto vecino de Valera de Suso, llamado Fernando de Torres, había discutido la condición hidalga del abuelo Pedro. El abuelo Pedro Cano había fallecido dejando viuda a María Fernández, que casó en segundas nupcias con Pedro González de Almoguerra. Viuda de nuevo, había marchado a La Alberca a vivir con su hijo Juan durante sus últimos quince años de vida.

A Juan Cano el viejo lo había conocido bien Garci Fernández de Alarcón, un clérigo de Castillo de Garcinuñoz, que iba a menudo a Santa María del Campo a cobrar las cánones que debían pagar los renteros que explotaban la heredad de su padre el bahiller Hernando García de Alcaraz en Villar de Caballeros. La heredad de pan llevar, aunque en término de San Clemente (era una de sus aldeas) era explotada por renteros de Santa María del Campo.

El padre Juan Cano se tenía por hidalgo al servicio de la Corona, acuartelado en la guerra del Marquesado en la villa de Santa María del Campo, junto a las tropas de Jorge Manrique. Así lo reconocía un clérigo de Castillo de Garcimuñoz llamado Ambrosio Fernández
porque cuando las guerras del Marquesado de Villena estaba en la villa de Santa María del Campo una capitanía de escuderos del señor rey católico nuestro padre e abuelo de gloriosa memoria que santa gloria ayan e yban a correr fasta la villa de Castillo de Garcimuñoz poque no se quería dar a nuestra corona y entre los dichos escuderos venía el dicho Juan Cano padre del que litigava e como lo conoçían algunos vezinos de la dicha villa del Castillo de Garcimuñoz en espeçial uno que se llamava Juan Agüero e otro que se dezía Juan Cantarero fijo de Miguel Sánchez Cantarero de las Heras, vezinos de la dicha villa, le dezían aora perderéys la ydalguía

Juan Cano, hijo, vería reconocida su hidalguía por sentencia de la Chancillería de Granada de 30 de mayo de 1537. La ejecutoria de hidalguía es de siete de septiembre de 1537



AChGr. HIDALGUÍAS, signatura antigua: 301-12-16. Ejecutoria de hidalguía de Juan Cano, vecino de Santa María del Campo Rus







Probanzas 1536


Pedro García Rabadán pechero, 75 años,vecino de Santa María del Campo Rus
Juan Jareño, 85 años, vecino de Santa María del Campo, natural de La Alberca, había servido de criado en Castillo de Garcimuñoz de joven
Martín Alonso Gallego, 55 años, vecino de Santa María del Campo
Pedro Martín Rubio, 62 años, vecino de Santa María del Campo Rus
Garci Fernández de Alarcón, clérigo de Castillo de Garcimuñoz, 70 años
Cristóbal López, 85 años, vecino de La Alberca
Juan de Cuenca, 70 años, vecino de La Alberca
Ambrosio Fernández, clérigo de Castillo de Garcimuñoz, más de ochenta años.

viernes, 2 de agosto de 2019

Francisco Ruiz Escalante (El Cañavate)

Francisco Ruiz de Escalante, vecino de El Cañavate

Origen: Cuéllar (Segovia)

Padre: Fernando de Escalante

Abuelo: Ruy Gutiérrez de Escalante (aparece en el testamento de Diego López de Haro, III señor del Busto, como marido de la hermana de éste, María Alfonso de Baeza)

Ejecutoria, 1 de septiembre de 1494

Testigos de El Cañavate: Pedro López del Cañavate, Gil García, Pascual López, Rodrigo Sánchez de Solera, Juan Martínez de Piqueras
Testigos de Cuéllar: Juan JIménez, Pedro del Amo, Pedro Fernández del Postigo, Andrés Velázquez, Juan Serrano,


Archivo de la Real Chancillería de Valladolid,REGISTRO DE EJECUTORIAS,CAJA 74,4 Ejecutoria del pleito litigado por Francisco Ruiz de Escalante, vecino de El Cañavete (Cuenca), con el concejo, justicia y regimiento de El Cañavete, sobre hidalguía

domingo, 18 de noviembre de 2018

El hidalgo de Hontecillas




Iglesia de Hontecillas

le abía començado a conozer mozo en la dicha villa de Hontezillas que hera a media legua de la dicha villa de Vala de Rrey y que heran todas de un señor (el testigo se refiere a Valverde y Hontecillas, de los Ruiz de Alarcón) y después se abía casado en Buenache con hija de Juan Rruipérez y auía estado casado en la dicha villa de Ontezillas que lo que se acordaua auía estado casado hasta que la dicha su muger auía falleszido más de quinçe años y después de fallesçido el susodicho se abía casado segunda vez en la dicha villa de Vala de Rrey y que a lo que se acordaba abía que se abía ydo de la dicha villa de Ontezillas a la dicha villa de Vala de Rrey veynte años poco más o menos e que en el dicho tiempo abía conozido estando casado con su casa y su muger y bienes y fazienda y hato de ganado en la dicha villa de Fonteçillas de contino e que vivía del ofizio de labrador e que a lo que se acordava  y según su aspecto el que litigaua sería entonçes de sesenta y zinco años poco más o menos e que ansimismo abía conozido a Alonso de Alarcón padre de Antonio Alarcón  que litigaua más tiempo de zinquenta y zinco años viviendo en la dicha villa de Hontezillas de vista habla y trato y conversazión y quando lo abía comenzado a conoçer se acordaua que estava casado con María Delgado hixa de Benita López natural de la dicha villa de Hontezillas y que su marido se dezía Pedro Delgado y que le auía conoçido casado con la dicha María Delgado mucho tiempo hasta que la susodicha auía falleszido e que no se acordaban quantos años abían sido e después se abía tornado a casar segunda vez el dicho Alonso de Alarcón con una muger que hera natural de Valera de Yuso e que no auía auido en ella hijos podía aber que auía falleszido el dicho Alonso de Alarcón seis o siete años y que quando abía fallesçido le pareszía a este testigo que sería hombre de edad de ochenta años poco más o menos el qual auía vivido en el ofizio de labrador y que asimismo auía conoçido a Juan de Alarcón padre del dicho Alonso de Alarcón agüelo del dicho Alonso de Alarcón en la dicha villa de Ontezillas tiempo de diez años... e lo auía conoçido casado con Elvira Garzía el qual podía aber entonçes que auía falleszido más tiempo de zinquenta años al qual abían conozido vivir del ofizio de labrador y que tenía ganado 
El apellido Alarcón era un sobrenombre toponímico que recordaba a la vieja fortaleza, pero aportaba también unas resonancias hidalgas, que no habían de pasar por alto unos labradores enriquecidos y con ansia de ennoblecimiento. Tales eran los Alarcón de Hontecillas, labradores y ganaderos, que hacia 1530, vía casamiento de Antonio, habían marchado hacia Vara de Rey. La notoriedad de los Alarcón era innegable, a falta de la seguridad de que fueran hidalgos, era indudable que se comportaban como tales. Los convecinos de Alonso de Alarcón, no sin cierta malicia, se referían a él como ahí va el hidalgo de Hontecillas. No obstante, se tenía por naturaleza de los Alarcón las villas de Hinojosa y Castillo de Garcimuñoz.

¿De dónde le venía la hidalguía a los Alarcón? El padre, Alonso de Alarcón, se le veía con siete u ocho años como paje en Valverde, en casa del señor Pedro Ruiz de Alarcón. La vida de Alonso de Alarcón es la de un hombre de su tiempo: criado de un gran señor de niño, la falta de guerras hacía fútiles las esperanzas de medrar en las cortes señoriales; casado con una vecina de Hontecillas, María Delgado, durante treinta años, dedicado a sus tierras y ganados, viudo después, se volvería a casar con una vecina de Barchín (¿o Valera de Yuso?), hasta su muerte hacia 1545. En aquella época, los hombres mostraban su horror al vacío de la soltería. Las mujeres estaban a expensas de los vaivenes demográficos que les fueran más favorables, la escasez de género, y lo que era algo más común, la hacienda de la viuda casamentera.

La relación de los Alarcón con los señores de Valverde y Hontecillas era de antaño. Mari García, criada en la casa de Pedro Ruiz de Alarcón, recordaba como el abuelo Juan de Alarcón se dejaba ver por casa del señor. Juan de Alarcón (que había fallecido viejo hacia 1490) actuaba como mayordomo, que administraba la hacienda del señor de Valverde y Hontecillas
porque le daba cargo de su hazienda porque hera hombre ábil

En la hacienda de los señores debía intervenir tanto el marido como su mujer Elvira García, que era conocida como la mayordoma. Juan era hombre principal de la villa de Hontecillas, participaba con otros, a los que los testigos querían ver como hidalgos, en la recepción de los señores de la villa cuando tomaban posesión de ella y juraban respetar sus privilegios.
que este testigo auía visto en los libros del conçexo (de Hontecillas) que Pero Rruiz de Alarcón señor que auía seydo en la dicha villa de Honteçillas e Valverde que quando auían venido a ser señores que auían jurado ante el dicho Jhoan de Alarcón y antes otros hijosdalgo como hijosdalgo que guardaran los previlegios e costumbres de la dicha villa
 Juan dejó a su hijo como paje en casa del señor de Valverde. El niño seguiría de adulto al servicio de su señor como alcalde mayor y como escudero y de todo lo que se ofrecía, añadía un testigo. La cercana posición de Alonso en casa del señor de Valverde le había permitido acumular una sustanciosa hacienda en Hontecillas de heredades y viñas. Alonso procuraba presentarse con la prestancia de un caballero, así cuando iba a cazar al carrascal de Valverde
y siendo este testigo mozo auía ydo a caza a un carrascal que estaba en término de la villa de Valverde y venía el dicho Alonso de Alarcón a la caza a el dicho carrascal en su caballo e auía sido alcalde mayor en las dichas villas de Vlaverde y Hontezillas

Antonio de Alarcón había casado con una hija de Juan Ruipérez en Buenache, María Ruipérez, con la que había vivido veinte años en su oficio de labrador. Al morir su mujer, había casado de nuevo con la hija del hidalgo vararreyense Martín Moreno. A decir de Juan Redondo, un testigo natural de Honrubia, el primer epíteto que definía a los Alarcón era su oficio de labradores. Tal concepto definía a los Alarcón como poseedores de una consolidada hacienda de heredades y viñas en las que se apoyaba el poder de la familia. Es de temer, que la proyección social que les dio el cobijo de los Ruiz de Alarcón, fuera aprovechado por la familia, con el añadido de unas acertadas alianzas matrimoniales para consolidar e incrementar el patrimonio familiar. La fortuna hizo el resto. El patrimonio familiar pasaría a herederos únicos. Juan solo tuvo un varón, Alonso, y dos hijas que casaría con hidalgos de la zona. Alonso tendría como único heredero a Antonio.

La figura de Antonio de Alarcón plantea muchos interrogantes. Parte de ellos nos los resuelve Francisco del Castillo e Inestrosa, el nieto menor de Hernando del Castillo, el alcaide de Alarcón, que hacia 1551 contaba con 45 años. Francisco recordaba cómo Antonio había llegado a Vara de Rey hacía dieciocho años, hacia 1533, para casarse. Lo había visto pasar por su hacienda de Perona.

Testimonio de Francisco del Castillo e Inestrosa, vecino de San Clemente, nieto menor de Hernando del Castillo, alcaide de Alarcón.


Pero el paso de Antonio por Perona no había sido fugaz. En Perona se había empleado como rentero de los Castillo y sus propiedades durante cinco años. Decía de Antonio que era hijodaldo y como tal no había pagado las quince centenas del servicio ordinario que pagaban los pecheros de Perona,
que el dicho Antonio de Alarcón que litigaba auía venido a ser rrentero viniendo a vivir en Vala de Rrey a la dicha aldea de Perona jurisdizión de San Clemente que podía aber diez y ocho años poco más o menos ... que diz que hera suya la dicha aldea y de un hermano suyo (de Francisco del Castillo y de su hermano Hernando) y los renteros que allí vivían heran suyos y puestos por su mano
En Perona, Antonio de Alarcón había permanecido como rentero cinco años al servicio de los Castillo. Justamente ese año Francisco del Castillo, recién casado con Ana Cimbrón, discute con su hermano Hernando para marcharse a vivir en Guadalajara. Todo se nos queda en la oscuridad: el valimiento de Antonio por la poderosa familia Castillo de San Clemente. El matrimonio de Antonio con la familia de Pérez Ruipérez de Buenache, tenidos por David Gómez de Mora* como conversos; la razón de la llegada de Antonio a Vara de Rey, una vez enviudado, para enlazar con la familia hidalga de los Moreno. El trabajo como rentero de Antonio Alarcón al servicio de Francisco del Castillo, que en esto seguía los pasos de otro hidalgo, Rodrigo Zamora, que había servido al padre Alonso del Castillo. Y, sobre todo, el paralelismo en el tiempo del pleito de hidalguía de los Alarcón con ese otro de los hermanos Castillo de San Clemente.

El testimonio de Francisco del Castillo y otros convecinos valió a Antonio del Castillo una sentencia favorable de hidalguía el día 10 de febrero de 1553, que venía a revocar otra negatoria anterior.  La sentencia definitiva no llegaría hasta el 18 de febrero de 1556




Testigos de probanza de 1551

Miguel Sáiz de la Blanca el viejo, vecino de Valverde, pechero de 75 años
Mari García, mujer que fue de Lázaro Coronado, 80 años, vecino de Valverde (a media legua de Hontecillas)
Martín Sáiz de la Cámara el viejo, vecino de Hontecillas, 80 años
Juan Redondo, natural de Honrubia, lugar de Alarcón, pechero de 80 años
Juan Fernández de Pareja, vecino de San Clemente, hijodalgo, 76 años, natural de Buenache (a una legua de Hontecillas)
Francisco del Castillo e Inestrosa, hombre hijodalgo que se dijo ser, vecino de San Clemente. 45 años (nacido hacia 1506)




ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. HIDALGUÍAS. 302-316-19. Ejecutoria de hidalguía de Antonio de Alarcón. 



*Para un estudio de los linajes de Buenache de Alarcón, véase GÓMEZ DE MORA, David:  Las élites de Buenache de Alarcón siglos atrás

lunes, 12 de noviembre de 2018

López de Garcilópez de Vara de Rey


Pedro López de Garcilópez y María López, padres de Pedro López, casado con Catalina Jiménez. A su vez, padres de Juan y Pedro. Pedro casaría con Ana de Lezana, que tendrían como hijo a otro Pedro




El pleito sobre la hidalguía de los López de Garcilópez se había iniciado en agosto de 1597, cuando el concejo de Vara de Rey, empadronó a Juan López de Garcilópez y a su sobrino Pedro con los pecheros. El abuelo Pedro López de Garcilópez procedía de El Provencio, donde sus vecinos no sabían o no querían saber de la familia. A decir de un testigo, el regidor Francisco de la Plaza, era de procedencia pechera. Había llegado siendo un niño a Vara de Rey y entrado al servicio como criado de un hidalgo poderoso de Vara de Rey, Miguel López de Huete. Tal cariño le cogió Miguel López de Huete a su pupilo, que entre uno y otro se llamaban tío y sobrino y que, en el pueblo, le llamaban al joven Pedro con el apodo del hidalguillo. El favor de este hidalgo y del regidor Garci Hernández a Pedro y su mujer María López hizo que pasaran como hidalgos en Vara de Rey. Ese mismo favor de no ser empadronado con los pecheros parece que gozó el padre Pedro, que contaba en Vara de Rey con el favor del escribano Antón López, una figura muy influyente en el pueblo en la segunda mitad del siglo XVI. La razón del favor del escribano era el matrimonio de Pedro con Catalina Jiménez, conocida como la Jimena, y familia del citado escribano.

¿Qué pechos se pagaban en Vara de Rey? El testimonio de Rodrigo López no distaba del que hubiera dado cualquier repartidor de otro pueblo; distinguiendo entre pechos reales y concejiles
que a su magestad se sirue con el seruicio ordinario y extraordinario que son las centenas que se reparten entre los pecheros y la moneda forera que se reparte de siete en siete años y ansimismo se echan soldados y vagajes y otros hospedajes de particulares que se hazen entre los buenos hombres pecheros y otros repartimientos generales de fuentes puentes y adobo de caminos
De estos pechos, parece que se pudieron escusar los hermanos Pedro y Juan López de Garcilópez, pero no de una contribución especial que soportaba Vara de Rey, tal como atestigua el padrón de pecheros de 1575. Se trataba del precio que había tenido que pagar Vara de Rey, por someter a su jurisdicción a su aldea de Sisante
 par repartir dos mill ducados que esta villa está obligada a su magestad por la merzed que ffizo a esta villa por le perpetuar la jurisdición de Sisante porque otros mill ducados están pagados
El repartimiento de ese año se hizo en un contexto de necesidad. De hecho para suplir la necesidad de los vecinos se sacaron de las tercias reales 1940 almudes de trigo. De nuevo los López de Garcilópez sufrieron un repartimiento en 1599 por el servicio ordinario. Pero esta vez protestaron, ya en 17 de noviembre de 1597, los Garcilópez habían llevado su caso a la Chancillería de Granada. Once días antes, ni el carnicero ni el pescatero de Vala de Rey, inducidos por los regidores, habían aceptado las cédulas de refacción que llevaban para no pagar la sisa de la carne y pescado. Un mes antes, Juan y su sobrino Pedro habían sido empadronados en los libros de los pecheros y se les había negado las cédulas de refacción. Cuando el ocho de octubre elevan sus protestas al alcalde ordinario Hernán Pérez de Oviedo, obtienen la negativa por respuesta

Firma de regidores de Vara de Rey en 1601


El 21 de agosto el concejo de Vara de Rey había conminado a varios vecinos a presentar sus ejecutorias para demostrar su hidalguía. Además de Juan Lópéz de Garcilópez y su sobrino Pedro, fueron citados a presentar sus ejecutorias los hermanos Fernando y Pedro Díaz, Francisco Díaz, morador en Sisante, y Juan Collado y su hermano Miguel Sáiz de Lesundi. El concejo vararreyense se hallaba dividido. Los Montoya y los Buedo se decantaron por mantener como hidalgos a los susodichos, aunque Martín de Buedo se mantuvo indeciso. Pero la mayor oposición a los pretendidos hidalgos vino del alcalde Francisco de la Plaza, que tenía especial odio por los litigantes, los regidores pecheros Felipe Valero y García de Jábega, aunque en este último caso mostró su solidaridad con la familia Díaz Meneses, y del alguacil mayor Francisco López.

Signo de Martín Gómez, escribano del ayuntamiento de Vara de Rey en 1597

El doce de octubre el ayuntamiento había cambiado, pero no la oposición a los Garcilópez. Aunque hidalgos como Hernán Pérez de Oviedo, Alonso Ruiz de Alarcón, Pedro de Buedo, Pedro Ruiz y Alarcón y Juan Pérez de Peñalosa o Diego de Montoya Vizcarra apoyaron a los Garcilópez; la oposición pechera fue unánime: Alonso de Jábega, Felipe Valero, Miguel de Jábega y Miguel Gallego se opusieron a aceptar como hidalgos a tío y sobrino.

Francisco Sánchez, escribano del número de Vara de Rey
A pesar de las acusaciones de pechero y de una contrastada actividad como mercader de un miembro de la familia, Antonio, como mercader en San Clemente., Los López de Garcilópez supieron luchar su hidalguía en Granada en un largo proceso. El cuatro de junio de 1603 obtienen sentencia favorable de hidalguía. Sin embargo, la carta ejecutoria no se despachará hasta 22 de diciembre de 1621


Concejo de Vara de Rey de 21 de agosto de 1597

Francisco de la Plaza, alcalde ordinario; Pedro de Montoya, Felipe Valero, Martín de Buedo Gomendio, Pedro de Buedo, García de Jábega, regidores; Pedro de Cuenca, alguacil; Rodrigo López, alguacil mayor.

Concejo de Vara de Rey 12 de octubre de 1597

Hernán Pérez de Oviedo y Alonso de Jábega, alcaldes ordinarios; don Alonso Ruiz y Alarcón, alférez; Felipe Valero, Pedro de Buedo, Miguel de Jábega, Miguel Gallego, don Pedro de Alarcón y Diego de Montoya Vizcarra, regidores perpetuos; y don Juan Pérez de Peñalosa, alguacil mayor

Concejo de Vara de Rey de 18 de febrero de 1598

Hernando Pérez de Oviedo, alcalde ordinario; Pedro de Buedo, Miguel de Arjona, Fernando de Gabaldón Montoya, Gonzalo Martínez Almao, regidores.

Julián Gómez, escribano del ayuntamiento de Vara e Rey en 1598


Concejo de Vara de Rey de 20 de junio de 1601

Alonso Ruiz de Alarcón y García Sainz de Jábega, alcaldes ordinarios; Felipe Valero, Martín de Buedo Gomendio, Fernando Díaz y Diego Ruiz de Villamediano, regidores.

Testigos de 1601 en Vara de Rey

Hernán Sanz Escribano, 73 años
Francisco de la Plaza, hombre pechero de más de cuarenta años
Pedro López de Espinosa, 68 años
Diego de Buedo, natural y vecino de Vara de Rey, de 75 años
Simón Pérez, natural de Tebar, morador en la Fuensanta, jurisdicción de La Roda
Pedro López Álvaro López
Blas Díaz Meneses, 72 años
Bartolomé de Celada, 58 años
Diego de Montoya Amengorza (Abengoza), hidalgo de 70 años
Alonso López Girón, 80 años

Testigos de 1601 en El Provencio

Pascual Sánchez Merchante, 70 años
Pedro Valero, 81 años
Florián Ruiz, 76 años
Francisco Ortega de Losa, 75 años

Testigos de 1601 en la Chancillería de Granada

Francisco de Sepúlveda, vecino de Vara de Rey, hijodalgo, vive en la plazuela de San Sebastián, 54 años
Alonso Jiménez, vecino de Vara de Rey, hijodalgo, vive en la carrera de San Sebastián, 43 años

Testigos de 1603 en la Chancillería de Granada

Pedro de la Plaza, vecino de Vara de Rey,  hombre pechero, 50 años,  hijo de Pedro de Jábega y Catalina de la Plaza, vive de su hacienda; nieto de Miguel López de la Plaza, vecino de Vara de Rey, aunque natural de El Provencio

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. Signaturas antiguas: 304-577-20 y 301-7-27

domingo, 7 de octubre de 2018

Diego de Alarcón, hidalgo de San Clemente, 1492








Diego de Alarcón llevó su hidalguía a la Sala de los Hijosdalgo de Toledo el 8 de noviembre de 1491.
Diego de Alarcón se había casado hacia 1460 y nacido en los años treinta. Hasta casarse, sus años mozos los había pasado en casa de su padre y del gobernador del Marquesado, Alonso Téllez. Al casarse se trasladó a Montalbanejo, donde se le discutió su hidalguía, y posteriormente a San Clemente.

Su padre, Alfonso López de Honrubia, fue muerto a lanzadas por Gonzalo Sánchez de Alarcón. Alonso López era hijo de Diego López y Antonia Gómez. Diego López era tenido por hombre rico en Alarcón, debió morir joven pues su viuda le sobrevivió veinte años.El hijo Alfonso casó con María Fernández, viviendo en Honrubia y luego en Alarcón. En esta villa accedió a los oficios concejiles,entre ellos el de juez, reservado a hidalgos; tenía caballo y armas. Juan Granero el viejo, hidalgo, conocía bien a Alonso López
que lo auía conosçido viviendo antes de que se casase con el governador teniendo armas y caballo e omes en su casa
Alonso, o Alfonso, López había casado con una vecina de El Peral, o tal presuponemos, pues viuda se fue a vivir a este lugar, la citada María Fernández,
e que asymismo conosçiera a María Fernandes madre del dicho Diego de Alarcón antes que matasen al dicho su marido (Alonso López) e que después la vido estar biuda del dicho Alonso López su marido a cabsa que no se le ofresçía casamiento con ome fijodalgo e que estando asy biuda del dicho su marido viviendo en el lugar del Peral vio que le guardavan e gozava ella de la libertad e que después se casó con ome fijodalgo
Quien fuera el hidalgo con quien casó en segundas nupcias María Fernández lo desconocemos. ¿Tal vez el asesino de su marido Gonzalo Sánchez de Alarcón? Tomaría el apellido de este padrastro Diego. En fin, todo conjeturas.

En Alarcón, desde Sancho IV en 1293 se había fijado el gobierno concejil con cuatro alcaldes, uno por cada collación o parroquia (aunque el número de collaciones se ampliaría a cinco, no así el de alcaldes electos, que se mantuvo en cuatro), y un juez, cargo que rotatoriamente recaía en un hidalgo de cada una de estas collaciones y que era elegido a suertes. Aunque ya con Hernando del Castillo vimos cómo la duda era si tal cargo recaía en hidalgos de sangre o simples caballeros de cuantía. Alfonso Motilla, cuya madre era hidalga, casada con un labrador, recordaba el día que Alonso López había sido nombrado juzgado de la villa de Alarcón y describía el ceremonial de tal nombramiento
e que a los labradores pecheros no les dauan ofiçios de jusgado e que se dauan a los que heran fijosdalgo e que este testigo viera como echaran suertes los caballeros e escuderos fijosdalgo de la dicha villa de Alarcón e que le cupiera el ofiçio de jusgado al dicho Alonso Lopes e dixo que este testigo se acordava muy bien dello porque se diera una colaçión muy cunplida de confites e otros frutos e poco después hera la dicha colaçión viera como fueron cabalgando los que allí estaban con el dicho Alfonso Lópes a le tomar juramento en pendón a la Yglesia que guardaría fielmente la justiçia e syn afisión

La exención de impuestos en Alarcón tanto para hidalgos como pecheros, que hacía de la villa un lugar franco, era una reciente concesión de Enrique IV hacía treinta años.

Diego de Alarcón había participado en la guerra del Marquesado y en el asedio de Chinchilla en 1476
e le viera venir en la çibdad de Chinchilla con caballero que se llama Fernando de Alarcón (¡Fernando del Castillo, alcaide de Alarcón!) e que estando e viniendo con él le dieran una grand cuchillada que entonçes tenía en el carrillo

Diego de Alarcón obtendría carta ejecutoria de hidalguía, dada en Valladolid el 19 de septiembre de 1492


Testigos de la probanza de 1491

Juan Granero el viejo, hombre hijodalgo, vecino de Alarcón, mas de sesenta años
Pedro Martínez, natural de Hontecillas y vecino de Alarcón, de 76 años, pechero
Pedro de la Motilla, vecino de Alarcón, pechero
Alfonso Motilla (vecino de Santa María del Campo Rus)
Juan de Celada, vecino de Alarcón, no testifica
Juan Montesino, vecino de Alarcón, no testifica
Juan de Iniesta, vecino de Alarcón, pechero, 70 años
Pedro de Segovia, vecino de Alarcón, no testifica
Lope de Lama de Pedro Ruiz, hombre pechero, vecino de Alarcón, 70 años


Archivo de la Real Chancillería de Valladolid,REGISTRO DE EJECUTORIAS,CAJA 48, 17. Ejecutoria del pleito litigado por Diego de Alarcón, vecino de San Clemente (Cuenca), con el concejo, justicia y regimiento de San Clemente, sobre hidalguía. 1492

martes, 26 de junio de 2018

Los Zamora, de labradores a hidalgos

La primera demanda por su hidalguía de Diego Zamora ante el concejo de Vara de Rey fue el 16 de noviembre de 1516. Diego Zamora era hijo de Rodrigo Zamora, que desde el lugar de Hontecillas, distante cinco leguas hacia 1485 había venido a Vara de Rey, donde se había desposado con una hija de Gil Sánchez de Jábaga, llamada Elvira. Rodrigo murió hacia 1500, era hijo de Diego Sánchez de Zamora y Leonor Sánchez. Leonor se quedó viuda, marchando con su hijo Rodrigo a vivir a Vara de Rey, allí se había casado con un escudero e hidalgo llamado Hernando Alonso.

Iglesia de Hontecillas
El abuelo, Diego Sánchez de Zamora había vivido en Albaladejo y en Hontecillas, bajo la protección de Lope de Alarcón, señor de Hontecillas y Valverde. Había fallecido  con sesenta años. Su mujer, Leonor Sánchez quedó viuda, morando en el lugar de Valverde, como mujer de hidalgo no pechaba, pero su origen era pechero, como demuestra los impuestos que pagaba su hermana, que vivía en Albaladejo.

Si Diego Sánchez de Zamora había hecho fortuna al servicio del señor de Valverde y Hontecillas, su hijo Rodrigo hizo fortuna como labrador al servicio de Alonso del Castillo, el hijo segundo de Hernando del Castillo, el alcaide de Alarcón. Así nos lo contaba el hidalgo Pedro de Villanueva, que vio venir a Rodrigo de Zamora a Vara de Rey
con un cauallero que se dezía Alonsso del Castillo que vivía en San Clemente y tenía heredades zerca del dicho lugar (de Vala de Rey) y que el dicho Rrodrigo de Zamora tenía cargo de su hazienda e de hazer e criar las heredades del dicho Alonsso del Castillo e que con él le conozió uivir tres o quatro años e que así antes como después auía estado munchos tienpos sin uivienda de ningún cavallero teniendo rrazonable hazienda con que se mantenía labrando y senbrando e que al dicho Diego de Zamora su hijo nunca le auía uisto viuir con ningún cauallero saluo uivir por labranza como el dicho su padre y que nunca supo ni oyó que el dicho Diego de Zamora ni el dicho su padre por la dicha uivienda que avía tenido fuesen libre ni exsentos de los dichos pechos
Los dardos envenenados de Pedro Villanueva también iban contra Elvira Sanchez de Jávega, mujer pechera, a la que sin embargo reconocía el tratamiento como hidalga respetando la naturaleza de su difunto marido Rodrigo. Pero Vara de Rey no ponía tantas objeciones como San Clemente para el reconocimiento de la hidalguía. Vara de Rey era lugar con gran número de hidalgos, con una fuerte conciencia de grupo diferenciado, que se veía en gestos como repartirse el pago de un capellán propio o el hecho de la existencia de un padrón de hidalgos. Cuando vieron como fueron apartados del gobierno municipal de la villa de San Clemente, sus esfuerzos se concentraron en controlar el lugar de Vara de Rey con un gobierno propio. Ya desde comienzos de siglo los hidalgos vareños lucharán por una jurisdicción independiente de la villa madre.

Los Zamora, a pesar de ser labradores, estaban asentados en el padrón de hidalgos de Vara de Rey. La oposición a su hidalguía no la encontraban en ese lugar, donde los regidores o el procurador del común hacían oídos sordos a cuantos protestaban por el favor de la refacción de la sisa de la carne, que gozaban los Zamora. Otra cosa, era la villa de San Clemente, donde difícilmente se podía aceptar la hidalguía de una familia al servicio de los Castillo. Por eso, el fallo de la sentencia de hidalguía se hizo esperar hasta el 19 de marzo de 1535. La ejecutoria es de 24 de octubre de 1541.

Rodrigo y Leonor habían tenido tres hijos: Diego de Zamora, un tal Aguilar y otro de nombre desconocido. Diego se desplazaría a El Cañavate,  a su aldea de Atalaya, donde casaría con María Martínez. Del matrimonio nacería un nuevo hijo: Francisco Zamora, que volvería a San Clemente al casarse con una hija de Alonso García Moreno (hijo del hidalgo Antón García). En 1563 se vio obligado a pleitear por su hidalguía, cuando fue encarcelado por una deuda de algo más de cinco mil maravedíes al herrero Miguel Galves.



Probanza de 1535 en Vara de Rey

Diego de Montoya, hidalgo de 50 años
Alonso de Sepúlveda, hidalgo, 45 años
Pedro de Villanueva, hidalgo, 60 años

Probanza de 1563 en San Clemente

Cristóbal de los Herreros, 53 años
Pedro González de Córdoba, 55 años
Juan García de Manzanares, 35 años
Mateo de Sacedo, 45 años

ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. HIDALGUÍAS. Ejecutoria de hidalguía de Diego Zamora. 24 de octubre de 1541 Signatura antigua: 302-260-11

Un estudio completo sobre los Zamora se puede ver en:
ESPEJO ZAMORA, Antonio: Linaje y apellido Zamora, heráldicay genealogía
http://parroquiasierranevada.blogspot.com/2015/06/linaje-zamora.html

domingo, 24 de junio de 2018

Los Valera, una familia conquense: de escribanos a ganaderos


                                                                           
Signo de escribano

La probanza de testigos de los hermanos Felipe y Diego de Valera se celebraron en las casas de morada del alcalde Diego Gallego. Los testigos estaban llamados de ocho de la mañana a once de la mañana y de una a cinco de la tarde.

El padre de los hermanos Felipe y Diego de Valera, de nombre Diego había llegado a San Clemente a comienzos de siglo, hacia 1515. El abuelo, Felipe Valera, era de Villar de Olalla, jurisdicción de la ciudad de Cuenca, aunque había nacido en Cuenca y solo se había desplazado a vivir a este lugar cuando su padre le había legado a su muerte los heredamientos familiares en este lugar. Casado con Isabel López, tuvo dos hijos: Felipe que permaneció en Villar de Olalla y Diego que marchó a San Clemente. El abuelo Felipe murió en Cuenca, siendo enterrado en un primer momento en la iglesia de San Miguel, pero después sus restos se llevaron a la iglesia de Villar de Olalla. Su hijo Diego casó en San Clemente, donde vivió y murió violentamente, sin que sepamos la causa.

Hernán Vázquez de Haro, el viejo, había conocido al abuelo Felipe de Valera, cuando desde Villar de Olalla se desplazaba a la villa de San Clemente a casa de su hijo Diego
que era hombre grande de buen cuerpo cano que paresçía por su aspecto de más de sesenta años... que vivía e tenía su casa poblada en la cibdad de Cuenca e logar de Villar de Olalla
La hidalguía de los Valera, venía de antaño. La familia todavía conservaba el privilegio otorgado en pergamino y letras de oro, tal como recordaba haber visto la segunda mujer de Diego Valera, Catalina Muñoz. Muerto Diego de Valera, el pergamino se lo llevó consigo a Cuenca su hermano Felipe
que por rrazón de serviçios que hizo un su abuelo que no tiene noticia de su nombre  a los rreyes pasados les dieron privillegio por los dichos seruiçios e le confirmaron al dicho Felipe de Valera abuelo de los que litigan por no pechar e ser libre e esentos e gozar  de las esençiones de los otros hijodalgos gozavan el qual dicho privillegio escrito en pergamyno e con letras de oro que no se acuerda si estava sellado este testigo después de la muerte del dicho Diego de Valera padre de los susodichos que litigan quedó en su poder desta testigo e lo tuvo en su casa dos meses después de muerto el dicho Diego Valera
La naturaleza de personas principales de los Valera nos la da a conocer un vecino de Villar de Olalla, llamado Francisco Rodrigo el viejo. La bisabuela de los litigantes había estado casada en segundas nupcias con Juan Pareja, escudero del "obispo" Pedro Barrientos (posiblemente se refiera al sobrino del obispo Lope Barrientos)
estando este testigo en casa de Juan de Pareja escudero del obispo don Pedro de Barrientos obispo que fue de la dicha çibdad de Cuenca casado con su madre del dicho Felipe de Valera abuelo de los que litigan e madre del dicho Diego de Valera padre de los susodichos e su padrastro e syendo este testigo de ocho años (hacia 1465-1470) e después conosçió estar casado en la dicha çibdad de Cuenca çinquenta años poco más o menos e en el dicho logar de Villar de Olalla con Ysabel López su muger hija de un Pascual (en realidad, Pedro) López vezino del logar de Valdemorillo
Ese Pedro López (o Checano), llamado el rico, de Valdemorillo de la Sierra, otorgó la mano de su hija a Felipe Valera y con ella una cuantiosa dote. El mismo testigo sabía de oídas que el padre natural de Felipe de Valera, procedía del lugar de Ballesteros, de la llamada familia de los Carniceros. En el párrafo anterior se menciona a un Diego de Valera, hermano de Felipe. Se trata, como nos recordará el citado testigo, de Diego de Valera, escribano del ayuntamiento de Cuenca y alcalde del Castillejo, tierra de Huete.
que era persona que valía e mandava mucho en el dicho ayuntamyento por rrazón del dicho ofiçio de escriuano
El auge de la familia Valera está ligado a la figura del escribano Diego, que ganó para la familia cierta exención (el pergamino citado más arriba), pero que según el hidalgo Miguel Ruiz no sabía con certeza si era carta de hidalguía
que syendo el dicho Diego de Valera escrivano del ayuntamyento de la dicha çibdad de Cuenca hermano del dicho Felipe de Valera abuelo de los susodichos (litigantes) criado del doctor de Talavera (Rodrigo Maldonado de Talavera) del Consejo de sus Magestades avía ganado para él y sus hijos çierta esençión que no se acuerda este testigo si era de hidalguía o el ofiçio escrivanía del dicho ayuntamiento e que esta dicha esençión nunca este testigo la vio escrita más de quanto viviendo este testigo con Diego Hurtado de Mendoça marqués de Cañete en el dicho tiempo oyó deçir lo susodicho
El casamiento de Felipe Valera con Isabel López, hija de Pedro López el rico, vino a afianzar el poder de la familia. Cuando llegaron a Villar de Olalla era un lugar donde no había hidalgos. Tal como decía Juan Daza, salvo él mismo, en Villar de Olalla no había hidalgos con los que ayuntarse. De hecho, es de dudar de la entidad como población de Villar de Olalla. A comienzos del quinientos sonaba más el lugar de Abengozar, pero con la crisis de comienzos del siglo, algunos de sus habitantes se mudaron a Villar de Olalla, tal era el caso de Bartolomé Hernández, mozo de soldada de Felipe Valera, que antes había servido en Abengozar a una Juana Chirino, madre de un Salazar. Las posibles conjeturas de este dato son tantas como permite el papel roto, que nos oculta la información.


El padre Diego de Valera había abandonado con veintisiete años el hogar familiar hacia 1515, después de haber vivido con su padre unos cinco años en Cuenca, estableciéndose en San Clemente donde casó con Catalina López de Perona, hija de Martín de Monteagudo y María de Perona. La boda debió ser un gran acontecimiento en la villa de San Clemente, que entonces apenas si empezaba a despuntar como núcleo poblacional de cierta entidad. Hasta la villa llegaron hidalgos y ricos de la ciudad de Cuenca y de sus lugares de Arcas y Villar de Olalla. El matrimonio tuvo por hijos a Felipe, Diego e Isabel. La muerte de Catalina López de Perona, dejó viudo a Diego de Valera, que volvió a casar con Catalina Muñoz, hija de Garci Martínez de Ángel. La temprana muerte de Diego hacia 1529, dejó a sus hijos, con menos de catorce años,  huérfanos en el hogar de los abuelos. El segundo matrimonio con la Muñoza duró siete u ocho meses. Su hija Isabel de Valera casó con un hidalgo, hijo de mercaderes zamoranos, Francisco de la Fuente. Diego de Valera fue enterrado en el convento de San Francisco, donde la familia tenía por entonces capilla propia. La fundación de esa capilla en el convento de Nuestra Señora de Gracia fue legado de Martín Monteagudo.

Diego de Valera había sido invitado por su hermano Alonso a participar en cierta guerra, tal vez la guerra de las Comunidades, con otros hidalgos, aportando armas y caballo. Parece que delegó esta participación en un criado llamado Martín Mañas, que acudió con un caballo castaño. Además Diego tuvo que ir a Cuenca a recoger quizás algún traslado de ejecutoria para obtener albalá para la refacción de la carne en las tiendas y participó, según Antonio Rosillo, en los ayuntamientos para elegir alcalde de la hermandad.

Los dos hermanos, Felipe y Diego nacieron a partir de 1516 o 1517. El menor Diego, fue enviado con apenas cinco años con su abuela Isabel López, hasta que volvió a San Clemente hacia 1535. En realidad, los Valera, a pesar de estar asentados en San Clemente, siempre estuvieron ligados a Villar de Olalla, donde tenían su hacienda. Diego de Valera padre pasaba hasta cuatro y cinco meses con el abuelo Felipe cuidando de la hacienda familiar, tal como confesaba Bartolomé Hernández, pastor de la familia. Al igual que Hernando el Marqués, esquilador de la familia, nos da a conocer en su oficio cual era la base ganadera de la riqueza económica de la familia. Muertos el padre y abuelo, los nietos con veinte años cumplidos volverían a hacerse cargo de los negocios ganaderos en Villar de Olalla, y con veinticinco años recibirían la propiedad de los bienes familiares.
porque en el dicho logar el dicho Felipe Valera tenía mucha hazienda heredamientos e ganados yeguas e bacas e hera hombre muy rrico e hidalgo



Armas de los Valera

Por sus armas verdaderas y naturales un castillo de oro a la mano derecha del escudo en campo negro y en la torre del homenaje de él una bandera blanca o de plata que se descubre por lo alto y a la mano izquierda del escudo cinco roques de oro en campo azul y alrededor del escudo una orla de plata y en ella nueve leones de su color natural, los tres por lo alto y los cuatro por lo bajo y los dos a los lados del escudo en esta forma (Imagen). Porque roque en cierta lengua de la gentilidad quiere decir capitán significando cosa fuerte, fija y constante como lo son las rocas que son peñas fijas, que no se pueden mover sino haciéndolas pedazos; por el castillo de oro o amarillo se entiende la adversa fortuna por el campo negro: la tristeza; por la bandera blanca la alegría que se tenía y le daba su nobleza determinada, antes a morir que recibir afrenta ni mengua; los nueve leones por orla en campo blanco significan los nueve capitanes que este valeroso caballero don Valentín Valeras eligió en nombre de la corona de España y los traía debajo de su gobernación siendo capitán general de ellos, el campo blanco en que están corresponde a la bandera blanca manifestando la claridad y limpieza que tenían en su persona y honra (BNE: Juan de Pineda: Papeles Genealógicos varios. Mss/3281, fol 5vº y 6rº)



Testigos de la villa de San Clemente, de la probanza de 1541

Gonzalo de Pallarés, hombre hijodalgo, 62 años
Antonio Rosillo, hombre hijodalgo, 60 años
Juan de Vicen López
Pedro Rodríguez, pechero
Hernán Vázquez de Haro, el viejo, hombre hijodalgo, 66 años
Pedro Gómez, hidalgo, hombre hijodalgo de la villa de San Clemente
Diego Simón
Catalina Muñoz,  37 años, mujer que fue de Diego Valera y casada en segundas nupcias con el pechero Cristóbal Merchante

Testigos de Villar de Olalla

Francisco Rodrigo el viejo, 80 años
Miguel Ruiz, vecino de Ballesteros, aldea de Cuenca, hombre hijodalgo, 60 años
Bernardino Recuenco, pechero, 70 años
Hernando el Marqués, vecino de Villar de Olalla, natural del Infantazgo
Pedro Martínez, criado de Felipe de Valera, 55 años
Juan Daza, hidalgo de Villar de Olalla, 60 años
Juan Alonso
Bartolomé Hernández, 65 años
Pedro Martínez, vecino de aldea de Palomera, 60 años


ARCHIVO DE LA REAL CHANCILLERÍA DE GRANADA, HIDALGUÍAS, Probanzas de los hermanos Felipe y Diego Valera. 1540-1541. Signatura antigua. 303- 402- 3

domingo, 3 de junio de 2018

Pedro López de Chavarrieta, cantero e hidalgo



Armas de los Chavarrieta  en la calle Don Andrés 4,  de Motilla del Palancar.
Y en la primer foja (de la ejecutoria de hidalguía) las armas de los dichos que son un escudo con su zelada y en él en campo azul un árbol y al pie dél en campo berde dos lobos con dos corderos en las bocas ensangrentadas y seis leones por orla en campo leonado
Foto de Sebastián Hernández de Luján

(Mi agradecimiento a Sebastián Hernández de Luján y a Santi Granero, por sus sugerencias y aportaciones)




Juan Pérez de Chabarrieta, vecino de El Peral, era hijo de Pedro López de Chavarrieta, nieto de Sancho López de Chavarrieta y biznieto de Sancho López de Elejalde. La procedencia de su linaje, en  la casa solariega de Elejalde, en la anteiglesia de Izpazter (o Ispaster), en la merindad de Busturia.
de la casa de Elexalde que es una casa solar antigua ynfazonazgo
Los vecinos de Vizcaya se dividían entre los que vivían en casas solariegas infazonadas, hidalgos, y aquellos otros de las casas labradoriegas, y los advenedizos (o benedizos), venidos de fuera. Estos dos últimos grupos tenían la condición de pecheros. Lo de solar infanzonado no era cosa baladí, pues la diferencia entre solares infanzonados y no infanzonados venía porque antiguamente en los llamamientos de los reyes para la guerra, a los miembros de las casas solares que no habían acudido a los llamamientos se les obligó a pagar un tributo, a pesar de su condición hidalga

Sancho López de Elejalde estaba casado con María Ortín. Su hijo Sancho Pérez de Chavarrieta casó con Marina Pérez de Chavarrieta. Sancho, hijo, murió en circunstancias desconocidas camino de Bretaña, antes de que lo hiciera su padre, Sancho de Elejalde, que le sobrevivió hasta 1500. La temprana muerte de Sancho hijo marcaría el devenir de la familia. Por los testimonios se deduce el papel protagonista de Marina Pérez de Chavarrieta en mantener la cohesión del hogar familiar y la aportación del apellido a la familia. Este cambio de apellido de la familia, respondía a una tradición vasca, que recogía el testigo Pedro de Aguirre, un anciano de 85 años
que muchos hijos de casas ynfançonadas semejantes que la de Elexalde han casado con otras casas tanbién ynfançonadas e prinçopales e luego que se casan e pasan a las tales casas que ansí les dan en el dicho casamiento toman el nonbre de la tal casa donde hansí han casado e dexan el nonbre de la casa donde dependen como lo hizo Sancho de Echebarrrieta abuelo del que litiga que dependiendo de la casa de Elexalde en casando en la casa de Echebarrieta tomó el dicho nonbre y dexó el de Elxalde donde dependía

Las probanzas de testigos se llevaron a cabo en Lequeitio, en marzo de 1564. Los testigos nos muestran que estamos ante una familia de canteros que se desplazaron hasta tierras de la Mancha. El que dio el paso fue Pedro López de Chavarrieta, que hacia 1501 abandonó su tierra natal y junto a un hermano de Martín Abad de Elejalde se dirigió a Aragón (del paso por estas tierras no sabemos nada) a ejercer el oficio de cantero y desde allí pasó a Mota del Cuervo en la Mancha. Un testigo, Ochoa de Irezagui, localiza a nuestro protagonista en 1501 en la localidad de Ocaña, reconociendo ya su vecindad en Mota. En la casa solar se quedó el hermano mayor, Juan. Pedro casaría en Mota del Cuervo con Elvira Sánchez de Manjavacas, con sus hijos formaría cuadrilla de canteros; a la familia se sumarían otros canteros de la anteiglesia y comarca de Izpaster. Pedro López Chavarrieta murió hacia 1534, fecha tomada desde la imprecisión de los testimonios orales. Había llegado a Mota del Cuervo treinta años antes. Una vez asentado en Mota del Cuervo, otros vascos acudieron a su taller a aprender el oficio de cantería; entre ellos, un sobrino, hijo de su hermano Juan,  y un vecino de Izpazter llamado Juan Pérez de Solate.

Lo que es evidente es que con el cambio de siglo hubo una diáspora de canteros vascos hacia la Mancha por las nuevas posibilidades que ofrecía una tierra en expansión
conoçió agora sesenta e çinco años siendo moço en la anteyglesia de Yzpazter en casa de Marina de Chebarrieta su madre e después se ausentó o fue para Castilla donde a muchos vezinos canteros de la dicha anteyglesia que yban a trabajar a la Mancha

Iglesia de San Miguel Arcángel de Mota del Cuervo

Estos canteros, vecinos de Izpazter, se reunieron en torno a Pedro López de Chavarrieta, en Mota del Cuervo, que por entonces tenía fama que hera uno de los mejores ofiçiales de la comarca. Pedro López de Chavarrieta era reconocido maestro de cantería, que reunió en torno a sí a muchos de sus paisanos de Izpazter. Su labor constructiva se desarrolló entre Mota del Cuervo y Albacete. En Mota del Cuervo intervino en la construcción de varias de las capillas de la iglesia parroquial de Mota del Cuervo desde 1507 y posteriormente, veinte años después, continuaría su actividad como maestro mayor en la fábrica de la iglesia de San Juan de Albacete. Ese maese Pedro, que algunos otros han interpretado como maese Pérez (tal vez, porque este sea Hortín Pérez, ¿el hermano del clérigo Martín Abad de Elejalde?), es sin duda el maese Pedro, que nos aparece en la información de testigos de la probanza de su hidalguía. Así nos lo resumía Pedro de Caicedo, un vecino de Mota del Cuervo en 1563
que el susdicho estuvo en la dicha villa de la Mota travajando en su ofiçio de cantero en hazer çiertas capyllas de la yglesia de la dicha villa de la Mota travajando en su ofiçio que aqueste testigo le enpeçó a conoçer tienpo de çinquenta e seys años poco más o menos e lo conoçió del dicho tienpo que dicho tiene a esta parte bibir e morar en la dicha villa de la Mota donde el susodicho se casó con su muger Elvira Sánchez de Manjavacas y casado con la susodicha y con su casa poblada y bienes y hazienda con el el dicho Pero López de Chavarrieta en la villa de la Mota hasta tanto que el susodicho se fue a bibir a la villa de Albaçete porque tomó allí a hazer çierta obra en la yglesia della donde el susodicho murió y aunque el susodicho se fue a la dicha villa de Albaçete dexó sus bienes e hazienda en la dicha villa de la Mota donde casó y después de muerto el dicho Pero López de Chavarrieta la dicha Elvira Sánchez de Manjavacas su muger se volvió a bibir a la dicha villa de la Mota donde tenía su casa e bienes e hazienda

Pedro López de Chavarrieta casaría con Elvira Sánchez de Manjavacas. El oficiante de la ceremonia fue un clérigo llamado Tristán el feo.  Entre sus vecinos de Mota del Cuervo era conocido como maese Pedro de Chavarrieta, porque hera maeso de cantería. Maese Pedro tuvo una muerte desgraciada, tal como nos contaba Alonso Hernández de Santa María, vecino de Mota del Cuervo, al sufrir una caída en altura durante la construcción de la iglesia de San Juan de Albacete: que el dicho Pero López de Chavarrieta cayó de la obra que hazía en la dicha villa de Albaçete e que allí murió.  Tal vez el año de la muerte se puede retrasar hasta 1537, fecha en la que un testigo llamado Cristóbal López el viejo nos dice que el matrimonio Chavarrieta vivía en Albacete (hace veintisiete años, nos dice). El mismo testimonio nos dice que Pedro López de Chavarrieta vivió por tiempo de veinte años en Mota del Cuervo. Es decir, entre 1525 y 1530, maese Pedro marchó a Albacete a la obra de la iglesia de San Juan. Si hay que dar veracidad a los testimonios estaríamos hablando de las proximidades de los años 1526 o 1527. Así durante siete o diez años maese Pedro participó en la construcción de la iglesia albaceteña. Las fechas las ponemos en cuarentena, pues aunque el expediente es muy ilegible por haber traspasado el papel las tintas ferrogálicas, leemos bien la fecha de los testimonios, pero tenemos dudas con la precisión de los testigos. En cualquier caso las probanzas comenzaron el once de diciembre de 1563 en El Peral y luego continuaron en Mota del Cuervo el día quince. Los estudios de Aurelio PRETEL sobre la iglesia de San Juan de Albacete nos ayudan a concretar las fechas de la presencia del maestro Pedro Chavarrieta, a la par que a despejar sus dudas (1). PRETEL da por buena para la muerte de Pedro López Chavarrieta (apellido que creemos que confunde con el de Chavarría) la fecha de 1537, de acuerdo con los libramientos hechos a la mujer y herederos de maese Pedro por los concejos de Albacete y Mota del Cuervo (este última aportado por ROKISKI), aunque el libramiento que se aporta de 1536, y que parece finiquitar el trabajo de los años 1533 y 1534, nos hace dudar si la fecha de la muerte es este último año. Las dudas nacen de las divergencias entre los testigos, aunque el que parece hablar con más seguridad es Cristóbal el viejo, que fija la fecha en 1537. Sí es así, 1537 sería el año en el que la viuda María Sánchez de Manjavacas, decide volver a su pueblo natal y finiquitar las cantidades adeudadas a su marido difunto. En cuanto a la llegada de Pedro Chavarrieta a Albacete, PRETEL quiere ver su presencia antes del año 1524, para reconocer la ausencia del maestro en el año siguiente, consideramos que es más acertado el año 1526 como año de la presencia de Pedro López de Chavarrieta (que no Chavarría) en Albacete como maestro mayor de obras. Allí, establecerá su casa durante una década, a decir de los testigos, de forma continuada

Catedral de San Juan de Albacete
Foto: Miguel Ángel Clemente


La llegada de Pedro López de Chavarrieta a Mota de Cuervo fue vista con recelo. Desconfianza que aumentó, cuando casó con su mujer. En el pueblo se vio mal que la moza fuera dada en matrimonio a un forastero, en el que la hidalguía por aquel entonces debía pesar poco en su buen nombre
que al tienpo que el dicho Pero López de Chavarrieta se casó con la dicha Elvira Sánchez de Manjavacas su muger se dezía entre los vezinos de la dicha villa que cómo syendo honbre tan onrrado Pero Sánchez de Manjavacas padre de la dicha Elvira Sánchez de Manjavacas avía casado su hija con honbre forastero pudiendo casalla con los honbres más onrrados de la villa
El hijo mayor fue Pedro López de Chavarrieta, del mismo nombre que su padre; el menor, Juan Pérez de Chavarrieta, que nació y se crió, al igual que el mayor, en Mota de Cuervo. Debió nacer entre 1520 y 1525. Hacia finales de la década de 1550 marchó a El Peral. Moriría en El Peral en 1579. Aunque los Chavarrieta obtuvieron sentencia favorable de hidalguía de la Chancillería de Granada el 27 de mayo de 1569, el pleito seguía latente a su muerte y fue continuado por su hijo Pedro Chavarrieta. Por la nueva probanza de su hijo Pedro en 1597, conocemos algunos datos de la vida de Juan Pérez Chavarrieta. Antes de llegar a El Peral, había pasado por La Roda, donde había casado con María Alarcón de la Serna, hija de Juan de la Serna. Uno de los testigos más fiables era Domingo de Luján, pariente de los Chavarrieta por parte de María de la Serna, que reconocía cómo el matrimonio había vivido veinte años en El Peral y daba fe del enterramiento de Juan Pérez de Chavarrieta en la iglesia de Nuestra Señora de El Peral. Su hijo Pedro obtendría nueva sentencia de hidalguía de 24 de octubre de 1603, confirmada el 25 de mayo de 1604. La definitiva carta ejecutoria tiene fecha de 17 de septiembre de 1604.

Sentencia de hidalguía de Juan Pérez Chavarrieta, 27 mayo 1569. AChGr. Hidalguías. Signatura antigua: 304-546-7. 



Probanza de 1 de marzo de 1564 en Izpazter


Martín Abad de Elejalde, clerigo de Lequeitio, hidalgo 78 años
Juan Pérez de Solate, vecino de la anteiglesia de Izpazter , hidalgo 68 años
Juan Martínez de Larrinaga, de Izpazter, hidalgo de 82 años
Pedro de Aguirre de Izpazter, 85 años
Juan de Cortazar, Mayor de Días, de Izpazter, hidalgo de 78 años
Juan Pérez de Arana de Izpazter, 80 años
Ochoa de Irezagui de Izpazter, hidalgo de 60 años
Hernando de Aboytiz, Izpazter, hidalgo de más de setenta años

(1) PRETEL MARÍN Aurelio: Arquitectura y sociedad en el Renacimiento. Documentos inéditos sobre la construcción y ruina de San Juan de Albacete (1515-1545). Ed. COACM y Ateneo albacetense. Albacete. 2015


ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. Probanzas en Izpazter y Lequeitio, marzo de 1564.   Signatura antigua: 303-376-12
ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. Signatura antigua: 304-546-7. Continuación del pleito por Pedro, hijo de Juan Pérez Chavarrieta, 1597-1603
ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. Autos en la Chancilería de Valladolid para las probanzas en el señorío de Vizcaya.  Signatura antigua, 303-378-13
ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. Probanzas en El Peral y en Mota del Cuervo, diciembre de 1563. Signatura antigua: 303-347-6.
ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA. Ejecutoria a favor de Pedro Chavarrieta de 1604,  Signatura antigua: 301-97-32. Incluye probanzas de El Peral de 1597

viernes, 18 de mayo de 2018

La familia Gómez de Vara de Rey

Escudo de armas de los Gómez. Ejecutoria de hidalguía de 1 de agosto de 1593. A la derecha, representación de San Martín de Tours y al fondo una población y paisaje en el que la descripción bibliográfica de la obra quiere ver la villa de Vara de Rey (según la propia leyenda Toledo)
Carta ex[ecutori]a de hidalguia a pedimiento [manuscript] : de Martin Gomez y Pedro Gomez, hijos de Diego Gomez, vezinos de la villa de Valaderey. Rare Book & Manuscript Library University of Pennsylvania Ms. Codex 168




(Mi agradecimiento a Valentín Casco Fernández por haber hecho pública esta carta ejecutoria)

Los orígenes de los Gómez se remontaban a Villanueva de la Jara, aunque Martín Gómez había abandonado esta villa y el hogar de su padre García para casarse en Vara de Rey. García y su hermano llamado Juan eran hijos de Martín Gómez y Mari Álvarez de Espinosa. Este Martín ya se le conocía como un vecino principal de Villanueva de la Jara con muchas casas y hacienda en el pueblo. Procedía del El Cañavate y era conocido como Martín el hijodalgo, el del Cañavate. Su hijo García casaría con María Álvarez de Villaseñor. Del matrimonio nacería Martín, casado en Vara de Rey con Teresa Ramona, y dos hijas. Los hijos del matrimonio de Martín y Teresa, Diego y Julián, vecinos de Vara de Rey y luego moradores de Sisante, litigarían por su hidalguía. Diego y Julián fueron llamados para la campaña de Perpiñán de 1543, pero no llegaron a combatir, pues la gente reclutada en el Marquesado se volvió. El 26 de septiembre de 1582 conseguirían sentencia favorable de hidalguía, ratificada el el 18 de febrero de 1583. Diego Gómez casaría con Ana de Tébar, establecidos en Sisante tendrían por hijos a Pedro y Martín, los cuales verían ratificada su hidalguía en 1593; obteniendo carta ejecutoria hidalguía el uno de agosto de 1593 (aunque en la Ejecutoria aparece 1583, considero que el año de expedición de la misma es una década posterior).

Del primero de los Gómez, Martín, llamado el hijodalgo del Cañavate, sabemos que procedía de este lugar y cómo la fortuna le acompañó una vez establecido en Villanueva de la Jara. Su procedencia de Cañavate viene confirmada por las Relaciones Topográficas de Felipe II, donde nos aparecen varios hidalgos ejecutoriados con el apellido Gómez.
auía sido vezino de la dicha villa de Vilanueua de la Xara e auía viuido en la dicha villa  con su casa pobladea e familia bienes e hazienda e que auía sido un hombre muy honrrado e principal en la dicha villa de Villanueua de la Xara e que como tal hombre principal auía dexado una capellanía en la yglesia parrochial de la dicha villa de Villanueva de la Xara a la mano derecha de la dicha yglesia que desçían la capilla de Sancta Catalina
La capilla de Santa Catalina también se la conocía por la capilla de Martín Gómez. La fundación conjunta por Martín Gómez y Martín Gómez Prieto de esta capellanía tiene por fecha el 30 de junio de 1477. Dicha capilla ha sido identificada actualmente con la primera capilla lateral izquierda de la iglesia de la Asunción de Villanueva de la Jara, mirando desde el coro (1). Aunque nosotros tenemos nuestras reservas. Este hombre era tenido por el único hidalgo existente en Villanueva de la Jara en su tiempo. Además de hidalgo, era rico y benefactor de la villa de Villanueva de la Jara, pues en ella fundó un hospital para pobres.

Figuras orantes de Diego Gómez y Ana de Tébar. A la derecha sus hijos Pedro y Martín con sus familias
Carta ex[ecutori]a de hidalguia a pedimiento [manuscript] : de Martin Gomez y Pedro Gomez, hijos de Diego Gomez, vezinos de la villa de Valaderey. Rare Book & Manuscript Library University of Pennsylvania Ms. Codex 168

Probanza de 1582

Juan de Higueras, vecino de Villanueva de la Jara, labrador, 93 años
Alonso de Sepulveda, hijodalgo de Vara de Rey, 86 años
Bachiller Ginés González, hombre pechero de Villanueva de la Jara, 75 años
Juan de Jábega, labrador pechero, vecino de Vara de Rey, 65 años
Pedro Alonso de Palacios, hijodalgo de Vara de Rey, 63 años, hijo de Pedro Alonso de Palacios, fallecido en 1532 con setenta años
Alonso Cardos, pechero de Villanueva de la Jara, 78 años



(1) GABALDÓN SALAMANCA, Desiderio : "El hecho religioso en Villanueva de la Jara" en Testigos de la Historia Villanueva de la Jara (Ed. Carlos Julián Martínez Soria), Villanueva de la Jara, 2009. pp. 57 y 58

Carta ex[ecutori]a de hidalguia a pedimiento [manuscript] : de Martin Gomez y Pedro Gomez, hijos de Diego Gomez, vezinos de la villa de Valaderey. Rare Book & Manuscript Library University of Pennsylvania Ms. Codex 168

ARCHIVO DE LA CHANCILLERIA DE GRANADA HIDALGUÍAS. Ejecutoria de Pedro y Martín Gómez , vecinos de Vara de Rey, 1 de agosto de 1583. Signatura antigua: 301-76-45